Una amistad para siempre

Un amistad para siempre

Algo que la mayoría de seres humanos valoramos profundamente son esas amistades que vienen desde la infancia y se mantienen intactas. Aquellas personas con las que jugábamos incansablemente y al transcurrir de los años fueron testigos de nuestra madurez. Los amigos que conservamos desde niños y que aún, ya adultos, nos seguimos viendo a pesar de que los rumbos sean distintos, son joyas invaluables.

Por eso “mi mejor o mejores amig@s” adquieren un valor fuerte a la hora de atravesar las diferentes etapas y pruebas que nos pone la vida. Incluso, para muchos, pueden llegar a significar más una amistad que la misma familia.

La amistad es uno de los valores más importantes a desarrollar en la educación de los niños. Se trata del afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos.

“Para que el niño aprenda sobre el valor de la amistad es necesario formarle con nociones, conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, y que le preparemos para vivir con armonía y respeto” afirma la Psicóloga Infantil Lina María Rengifo.

Los niños deben saber quién es un buen amigo y por qué, cómo se comportan los buenos amigos, y cómo mantener una buena amistad. Deben aprender que un buen amigo puede ser para siempre, y que para eso es necesario cultivar y alimentar la amistad, día tras día, en el colegio, en el parque, en el barrio, etc. El contacto con los iguales hace que el universo del niño sea aún más grandioso y rico. A través del otro, él puede aprender mucho de todo y de sí mismo.

El niño puede aprender a ser amigo si: